5 Miedos y fobias apenas explotadas en terror
Seguro que habéis escuchado eso de «los miedos universales» a la hora de analizar una historia, aquellos de los que se nutren la mayoría de obras de terror (y no terror). Esto es que se supone que al final todo se reduce a un trío de ases: miedo a la muerte, miedo a la soledad y miedo a perder la libertad (y algunos psicólogos añaden un cuarto separado que para mí es transversal: el miedo al dolor).
En realidad, puede que haya algo de cierto en esta afirmación. Al fin y al cabo, el miedo no lo provoca el asesino sino la idea de que acabe matándonos (miedo a la muerte), y estoy segura de que si analizamos algunos tropos más, veremos que llegamos a una conclusión similar. Sin embargo, se me antoja divertido (y muy interesante) jugar un poco con otros miedos a los que se les presta poca atención. Con una advertencia: algunos pueden afirmar que si alguien que tiene auténtico pavor a los perros, lee Cujo, tendrá pesadillas de por vida, pero a mí que me encantan, no me provoque nada. Y esto podría ser así si no manejamos bien otros elementos de la narrativa de terror que juegan siempre a nuestro favor. Algunos de ellos ya los he tratado en este blog (cómo crear tensión, por ejemplo). Veamos, pues, algunas fobias que podemos usar en las historias de terror y que no han sido muy explotadas.
Antes de comenzar, es necesario hacer una diferenciación entre miedo y fobia. El miedo es una emoción universal que compartimos todos los seres humanos y que se produce como una respuesta natural a una situación extraña o de riesgo, es decir, constituye un elemento de supervivencia fundamental. Ahora bien, cuando este miedo aparece de forma desproporcionada, injustificada y obsesiva en torno a un elemento en concreto y nos impide llevar una vida normal, entonces hablamos de fobia.
Somnifobia
Es el miedo a quedarse dormido. Las personas que sufren esta fobia creen que algo horrible les sucederá cuando cierren los ojos, un poco como lo que les pasaba a los protagonistas de Pesadilla en Elm Street. La creencia más común es que dejarán de respirar y morirán. Suele ser común en personas con insomnio y/ o con patologías asociadas al sueño como la parálisis del sueño (mina de oro para un escritor de terror) y la apnea. ¿Y si un personaje afectado por esta fobia decidiera no volver a dormir nunca más? ¿Y si la humanidad se viera afectada por una enfermedad que nos ataca mientras dormimos? ¿Cómo conseguiríamos nuestro descanso? Ahí te dejo estas ideas…
Ombrofobia
Admito que esta es una de mis favoritas y no descarto usarla en alguna historia. Se trata del miedo que sufren algunas personas a mojarse con el agua de la lluvia. Hay pacientes que se vuelven realmente violentos en situaciones que involucran lluvia o climas demasiado lluvioso.
A la persona con ombrofobia no solo le disgusta la lluvia, sino que el solo hecho de pensarlo causa un miedo desproporcionado y una serie de síntomas físicos como aumento del ritmo cardiaco, temblores, mareos, náuseas, sensación de irrealidad y desmayos. Piénsalo, ¿y si colocamos a una de estas personas en una situación comprometida de la que solo puede salir bajo una tormenta?
Cromatofobia
Es el miedo irracional a los colores y cada uno también tiene su propia denominación: cianofobia (miedo al color azul), xantofobia (miedo al amarillo), eritrofobia (miedo al rojo), clorofobia (miedo al verde), crisofobia (miedo al naranja), porfirofobia (miedo al violeta), leucofobia (miedo al blanco) y melanofobia (miedo al negro).
Pongamos como ejemplo la xantofobia. Esta persona no comen nada de color amarillo (huevos, mostaza, queso…); cierran los ojos al orinar para no ver el líquido amarillo; detestan metales como el oro; no pueden subirse a un autobús amarillo o ir a la oficina de Correos. Estamos hablando de una persona que, en casos graves, puede llegar a ni siquiera querer oír hablar de ese color. Un personaje al que le aterroriza un color podría ser bastante peligroso e impredecible y eso le convierte en material perfecto para una historia de terror, ¿no crees?
Antropofobia
Es cierto que hay muchas novelas y películas que tratan sobre «el miedo al otro», pero normalmente como una metáfora de la individualidad versus el grupo, y todo lo que conlleva una sociedad cada vez más globalizada, comunicada pero sin comunicarse, y la falta de empatía. Otras el miedo tiene una casa tangible (monstruos, asesinos en serie, etc). Sin embargo, esta fobia lleva ese miedo a las personas más allá porque es un temor injustificado, sobre todo hacia los desconocidos, que hace que alguien se aisle, sienta ataques de pánico en situaciones comunes como ir a hacer la compra, y sea muy sensible a las críticas. Es el caldo de cultivo perfecto para tratar temas interesantísimos que nos afectan como sociedad del siglo XXI.
hexakosioihexekontahexafobia (abreviado trihexafobia)
Es el miedo irracional al número 6. La literatura en torno a lo demoniaco es extensa, pero normalmente es el diablo en sí mismo quien provoca la sensación de terror. En este caso, al estar asociado a creencias religiosas y a Satán, hay personas que generan una fobia a la cifra específicamente. Una persona afectada evitar todo lo que tenga que ver con este número: coches que lo llevan en la matrícula, casas, habitaciones de hotel, números de teléfono, premios, cantidades de lo que sea, etc. Es una cifra que genera mucha superstición y esto no solo se circunscribe a la ficción. Por nombrar algunos hechos en torno al 6, el asiento 666 del Parlamento Europeo está vacío, y la autopista 666 de EE.UU fue rebautizada como 491. Por si acaso, os dejo el estudio de la Universidad de Birmingham que reveló que el verdadero número de la bestia no es 666 sino 616.
Si este post acaba inspirándote para escribir alguna historia, no tengas miedo de compartirla (¿existirá esa fobia?). Analizar los miedos propios y los de otros, y su evolución es una fuente de información muy valiosa para un escritor, así que no dudes en seguir expandiendo esta lista. ¿Qué otros miedos poco visitados conoces? ¿Cuáles son tus miedos?
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2 Comentarios
Alexis
Me encantó este post. Yo trabajé una fobia en una de mis historias: la misofonía, o la fobia a los ruidos orgánicos.
Yo le tengo un miedo espantoso a la velocidad y a la profundidad en el agua. No sé si eso contaría como un miedo en sí.
Verónica Cervilla
¡Hola, Alexis! Nunca había escuchado esa fobia, qué curioso. En cuestión de miedos hay tantos que explorar… Yo cuento todo lo que asusta como un miedo, y cuando incapacita para una vida normal, ya sería una fobia. ¡Muchas gracias por leerme!